top of page
Foto del escritorEdwin CQ

Aniversario.

Trescientos sesenta y seis.

Es un número triangular.

Trescientos sesenta y seis puntos formarían a un triángulo equilátero, perfecto.

Cómo el que se forma en mi patio, cuando la luna es llena.


Trescientos sesenta y seis es un elemento sublime.

Un año bisiesto.

Los budistas dicen (me enseñaron) que es el tiempo que nos lleva para purificarnos, cerrar ciclos, equilibrar nuestro karma.

Es el tiempo que requiere una persona para alinearse (o quizás alienarse) y descubrir su destino ( o reconstruir su psique).

Trescientos sesenta y seis han sido las noches de mi ciclo.

Muy poético, romántico, aspiracional.

Yodista, diría R.

Mi exilio auto-inflingido, auto-lacerando mi espalda como todas las dinámicas de poder que me gustan jugar.


Y hoy, es el aniversario.

Hoy me acompaña una vela, lámpara, vino, Pelusa, los significantes que (siempre-o no) están.


Pero también hay otros.

Sostenes de mi vida.

Tres cuyes de sexo diverso y divertida procedencia que se estrujan los unos a los otros y entre silbidos pujantes, nos recuerdan lo etéreo de las no-cosas y lo juguetón que significa transitar por la vida misma.


Hay otras mujeres en mi vida, una tierna regordeta, que me recuerda a mi madre en sus tiempos de ternura, otra fría, arisca, áspera y ruda, que me recuerda a mi madre en sus épocas poderosas.

Y varias más sin importancia, pero todas construyendo en mi inconsciente que se aglutina con el consciente una nueva psique, un nuevo "despertar" que ya he agotado anteriormente.


Tardé 10,227 días en comprender que quería estudiar psicología.

Y lo celebré con vino, mucho vino, y al final, viniste.


Hay otro sostén más que se aglutina en mi inconsciente y que durante sesenta y tres noches (ininterrumpidas) ha sostenido a mi psique en las noches, mientras me refugio en sus brazos y sueño con él.

Diario despierto y veo a R, tostado y apiñonado, me abraza fuerte al despertar, debo ser rápido o caeré en sus brazos constantemente.

Diario me voy a dormir, sin tener miedo de que se irán o me dejarán de amar al otro día.

Diario veo su flor adornando mi oficina, amarilla, una sola, única, como la que le llevaba Raoul a Cristine Daaé,

Diario construimos, deconstruimos y destruimos pero solo para construir.


He decidido reiniciar mi vida y cada que veo su mirada encuentro la luz para seguir.


Este último es para ti, Edwin, hoy no te llamarías Edwinsillo Tolok si te hubieras matado en esas noches de terror.

Si hubieras cedido al rival.

Si tus huesos y cráneo se hubieran roto con un crujido estremecedor al impactar con el suelo frío de esos tenebrosos departamentos.

Piensa como te verás cuando logres sostenerte fuerte, macizo como quieres del mundo.

Y piensa como te verás cuando todo el mundo vea el brillo de tu mirada y la use para alumbrar su corazón.

Hoy te ves así:




Edwin CQ (consciente) . 30 de septiembre del 2024. Mérida, Yucatán.



62 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Epístola.

Mérida, Yucatán, a 4 de octubre del 2024. Querida D. Te escribo estas líneas desde mi estudio, ha requerido mucho esfuerzo, pero,...

コメント


bottom of page